TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA
El avance científico y el desarrollo tecnológico
alcanzado en el siglo XX, en especial en las últimas
tres décadas, modifica la forma tradicional de
abordar y realizar las actividades humanas. La
revolución tecnológica que da paso a la era de la
computación, trae consigo la rápida evolución de la
informática. Con ello se logran reducir los tiempos
para procesar, archivar y recuperar grandes
volúmenes de datos, la posibilidad de realizar una
amplia gama de combinaciones en el manejo de
diversas variables, así como el estudio y la
manipulación de situaciones hipotéticas que sin el uso
de las computadoras serían muy difíciles de efectuar.
Asimismo, como una directriz fundamental
que establece el gobierno federal al inicio de la
presente administración, el Jefe del Ejecutivo presenta
el Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000. Bajo
la premisa de que el aprovechamiento de la
información propicia la mejoría de los niveles de
bienestar y permite aumentar la productividad y
competitividad de las naciones, y con el propósito de
utilizar la informática en todos los sectores, se integra
el Programa de Desarrollo Informático 1995-2000,
coordinado por el INEGI.
En este programa, la informática se
concibe como la conjugación de técnicas para
el manejo de la información, computación,
microelectrónica, telecomunicaciones y
aspectos de administración. Esta concepción
permite considerar, desde una perspectiva global,
los retos y oportunidades derivados de la
convergencia tecnológica que se produce en las
últimas décadas entre las áreas mencionadas,
con el propósito de mejorar y enriquecer
procesos y servicios para elevar los niveles de
bienestar social.
De acuerdo con lo anterior, se hace uso de
las nuevas tecnologías para generar información
geográfica, entre las que se encuentran la
percepción remota, la moderna fotografía aérea,
la fotogrametría digital, el Sistema de
Posicionamiento Global y los sistemas de
información geográfica y sus aplicaciones en la
producción y actualización cartográfica dentro del
marco de la integración y desarrollo del Sistema
Nacional de Información Geográfica (SNIG) con
el fin de cumplir con su misión de ofrecer
información oportuna, precisa y confiable que
sirva de fundamento para la planeación y la
correcta toma de decisiones que, en última
instancia, beneficien a la sociedad en su conjunto.
La tecnología en la producción geográfica y cartográfica
A finales de la década de los cincuenta, la
computación acrecienta su influencia en los
dominios de la cartografía, con el rechazo inicial de
quienes defienden las formas tradicionales más
arraigadas para la elaboración de mapas. Esta
polémica se acentúa a principios de los años 60
con la aparición de los primeros mapas
automatizados, bajo el argumento de que las
computadoras son máquinas diseñadas solamente
para hacer cálculos y dibujos elementales.
Por una parte, algunas naciones estaban en
favor de realizar los mapas de forma automatizada y,
por otra, países con una gran tradición cartográfica,
como los europeos, abogaban por mantener su
naturaleza artística. Finalmente, los primeros se
impusieron, ya que las actividades del hombre
contemporáneo exigen cada vez más la necesidad de
elaborar mapas útiles y precisos en menos tiempo.
Los avances que realizan principalmente los
Estados Unidos de América en las aplicaciones de las
computadoras, el establecimiento de sistemas de
diseño asistido por computadora (CAD), la toma de
imágenes desde satélites por medio de sensores
diversos, el diseño de bases de datos automatizadas
con capacidad para almacenar grandes volúmenes
de información, el avance en la fotogrametría y los
sistemas de posicionamiento global, sientan las bases
tecnológicas para desarrollar modernos sistemas de
producción de información geográfica.
El desarrollo de las telecomunicaciones y la
informática en los años 70 y 80 y los avances en la
década final de este siglo, facilitan las relaciones entre
las regiones geográficas y se robustece la demanda
de información. En este sentido, ya no son los
gobiernos los únicos en requerirla; también las
empresas, cámaras industriales, agrupaciones
gremiales, universidades, instituciones de
investigación y público en general, se convierten en
fuertes demandantes de información oportuna y de
calidad, como apoyo e insumo fundamental en las
labores de planeación y toma de decisiones.
De hecho, se transita hacia la sociedad de la
información, ambiente en el que los habitantes
desean conocer el territorio nacional, sus recursos
naturales y saber lo que sucede en su país, tanto en el
orden económico como en lo político y social, pues
ello les permite, además de normar sus actividades,
aprovechar racional y eficientemente los recursos y
planear el futuro.
*PERCEPCIÓN REMOTA
Con el inicio del programa de exploración espacial a principios de los sesenta, en los Estados
Unidos se incrementa el desarrollo tecnológico para
la obtención de información sobre el medio terrestre
y sus recursos, con el uso de fotografías y otras
imágenes tomadas desde satélites.
La instalación de sensores remotos en el
espacio por parte de la National Aeronautics and
Space Administration (NASA), para hacer
observaciones terrestres, constituye un impulso
determinante en la decisión de llevar al hombre a la Luna. Se instalan sensores en satélites con órbita
lunar, a fin de que los datos recolectados puedan
garantizar que la nave espacial tripulada por el
hombre alunice con seguridad. Estos instrumentos se prueban también en tierra y los datos obtenidos se
correlaciona con las condiciones físicas de la misma.
Gracias a los resultados, el programa espacial se
amplía con el propósito de obtener información que
sirva de base a estudios sobre agricultura, silvicultura,
geografía, geología, recursos minerales, marítimos, hidráulicos, hidrológicos y oceanográficos. Se
reafirma así el valor de la percepción remota como
medio de obtención de datos para el estudio de la
superficie terrestre.
El avance tecnológico satelital se desarrolla
inicialmente en dos áreas: satélites meteorológicos
dedicados a la recolección de datos para estudios de
la actividad atmosférica, climática y del medio
ambiente global; y satélites de multimisión, que
obtienen datos para la observación y análisis de la
actividad terrestre, como la evolución geológica, la actividad sísmica, forestal, vegetal y en general de
recursos naturales. Actualmente se desarrollan y
ponen en órbita satélites geodésicos que envían
información a las estaciones receptoras en la Tierra y
los que incluyen sistemas de radar. Con el
lanzamiento de cada nuevo satélite, las capacidades
sensoriales para recolección de datos se perfeccionan
cada vez más.
En 1960 inician las observaciones
sistemáticas hacia la Tierra desde los satélites
estadounidenses con el lanzamiento del Television Infrared Observation Satellite (TIROS-I),
primer satélite meteorológico, el cual lleva un
sistema de captación de imágenes de baja resolución.
En diciembre de 1981 se ponen en operación los
satélites TIROS-N y NOAA-C, que proporcionan una mejor cobertura de las condiciones
meteorológicas globales.
Por otra parte, el Geological Survey de los
Estados Unidos establece el Programa Satelital de
Observación de los Recursos Terrestres EROS (Earth
Resources Observation Satellite) que contribuye al
desarrollo y operación del satélite ERTS-1 –lanzado el
23 de julio de 1972, y conocido ahora como
LANDSAT 1–, el cual es el primero que se diseña
específicamente para recolectar información de la
superficie y los recursos terrestres.
El LANDSAT 1 lleva un escáner de cuatro
canales (MSS), un sistema de recolección de datos y
dos grabadoras de video. El equipo se modifica
conforme se lanzan otros dos satélites. En la década de
los ochenta se superan algunas limitaciones de los
primeros LANDSAT, y se diseñan satélites que utilizan
un escáner multiespectral más avanzado, además del
mapeador temático (TM), el cual proporciona
señales únicas para diferentes rasgos de los recursos
naturales conforme a su respuesta espectral,
facilitando la producción de cartas temáticas.
Las imágenes se obtienen desde una altura de 705 kilómetros sobre la superficie terrestre.
En 1986, Francia en cooperación con
Bélgica y Suecia, lanzan el primer satélite SPOT.
Este es un satélite de multimisión que obtiene
imágenes de alta resolución espacial a una altura de
832 kilómetros. Actualmente se dispone de tres de estos satélites en órbita.
Otras naciones avanzan también en la
tecnología satelital y la percepción remota. Por
ejemplo, en 1981, la República Popular de China
anuncia que está trabajando en la construcción de
un escáner multiespectral de once bandas; la Agencia
Espacial Europea (ESA) desarrolla en 1982 el
vehículo de lanzamiento ARIANE y diseña uno para
observaciones oceánicas; la Agencia de los Países
Bajos para los Programas Aeroespaciales (NIRV), en cooperación con Indonesia, planea un satélite
para estudiar los recursos tropicales terrestres; la
Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO) desarrolla el satélite de observación
terrestre BHASKARA, puesto en órbita por un
vehículo de la URSS. En 1995, Canadá lanza el
RADARSAT, sistema diseñado para cubrir aplicaciones
en geología, silvicultura, hidrología y agricultura con
tecnología de radar.
En nuestro país, el uso de imágenes de
satélite para diversas aplicaciones se inicia en la
segunda mitad de los años 70. Por la amplia gama de posibilidades de explotación de la información que
proporciona, su utilización en la actividad geográfica
y cartográfica se acrecienta con el tiempo.
El uso y análisis de las imágenes de los
diversos satélites permite desarrollar aplicaciones de
beneficio social por parte de instituciones del sector
público, privado y académico entre ellas:
-
- El Servicio Meteorológico Nacional (SMN), que proporciona información sobre el estado del tiempo a escala nacional y local y vigila continuamente la atmósfera para identificar los fenómenos hidrometeorológicos que puedan afectar las distintas actividades económicas.
El SMN cuenta con una estación terrenareceptora de imágenes del satélite meteorológico GOES-8, el cual se utiliza para detectar y dar seguimiento a los fenómenos severos como tormentas, frentes fríos o huracanes. Por medio de las imágenes también se puede estimar la intensidad de la precipitación. Esta información es utilizada por los meteorólogos en la elaboración de sus pronósticos.
-
- El Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey desarrolla un mapa de riesgos de inundación para una microcuenca hidrológica en el sur del municipio de Monterrey, en Nuevo León.
-
- A través del análisis de las imágenes SeaWiFS, el Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México realiza estudios sobre los océanos mexicanos.
-
- El Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (CICIMAR) en La Paz, Baja California, mediante el análisis de imágenes del satélite NOAA, efectúa estudios de las estructuras oceanográficas.
- Debido al incremento de las zonas de riesgo por
fenómenos hidrometeorológicos, el Centro
Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED)
pone en marcha un proyecto tendiente a elaborar
mapas de riesgos de inundaciones, con el objeto de
delimitar las zonas potencialmente afectables y la
cuantificación del riesgo que representan.
- La Secretaría de Comercio y Fomento Industrial
(SECOFI) lleva a cabo un programa cartográfico
a través del Consejo de Recursos Minerales. Bajo
este programa se generan las cartas
geológico-mineras, geoquímicas y geofísicas en
archivos digitales, así como las temáticas
especializadas en las escalas de 1:250,000 y 1:50,000.
- La Universidad Nacional Autónoma de México
realiza una investigación sobre la biogeografía de
la región de Los Tuxtlas; La Universidad de
Chihuahua utiliza datos de LANDSAT para analizar
la estructura, usos y aprovechamientos de los
bosques de esa entidad.
- Por las características geovolcánicas de México, el
uso de las técnicas de la percepción remota es
intensivo. Por ejemplo, diferentes áreas de la
UNAM y el CENAPRED llevan a cabo estudios
volcánicos utilizando imágenes LANDSAT
multiespectrales para analizar y monitorear la
actividad del volcán Popocatépetl.
Por otra parte, en la segunda mitad de
la década de los 70 y a principios de los 80, ante la
necesidad de contar con información geográfica sobre
recursos naturales del territorio nacional, la entonces
Dirección de Estudios del Territorio Nacional
(DETENAL) utiliza las imágenes de satélite como
fuentes de información. Así, mediante el estudio
analógico de imágenes LANDSAT se apoya la
elaboración de la cartografía temática sobre geología,
uso del suelo y vegetación, edafológica y uso potencial
agrícola, pecuario y forestal.
En los últimos 15 años del siglo XX, utilizando
las imágenes de la percepción remota, el INEGI
participa en proyectos tales como la evaluación del
crecimiento urbano, los procesos de desertificación,
la actualización de inventarios y el seguimiento de la
dinámica de áreas forestales, detección,
cuantificación y el seguimiento de mantos de algas
marinas, entre otros.
Por esa misma época, el Instituto desarrolla
un paquete de programas para el procesamiento
digital de imágenes, llamado Sistema Personal
Interactivo de Percepción Remota (SPIPR). Este
sistema sirve, en su momento, para capacitar al
personal del Instituto y de otros organismos
gubernamentales, se distribuye a las direcciones
regionales e incluso a diversas instituciones
cartográficas extranjeras que lo solicitan.
En los primeros años de los 90, el Instituto
apoya a la entonces Secretaría de Agricultura y
Recursos Hidráulicos (SARH) en el Inventario
Nacional Forestal de Gran Visión, con la interpretación
de imágenes del satélite NOAA. En esos mismos años
se trabaja con imágenes del satélite LANDSAT en un
proyecto para determinar de frontera agrícola a nivel
de entidad federativa. Actualmente se utilizan
para definir el crecimiento en los últimos 20 años de
las ciudades con más de 100 mil habitantes.
En proyectos de coordinación con otros
países americanos y organismos regionales, el INEGI
recurre a esta herramienta, como son el estudio
sobre La Regionalización Ecológica de América del
Norte, el proyecto sobre Prevención de Incendios
Forestales, así como cursos de capacitación para el
uso e interpretación de la percepción remota.
La actualización de la cartografía
topográfica y temática también se beneficia con la
utilización de imágenes multiespectrales
georreferenciadas e impresas en productos como
los espaciomapas. Los espaciomapas estatales son
documentos cartográficos hechos por el Instituto
para cada entidad federativa, con base en imágenes de
satélite, a las que se les agrega información
cartográfica básica. Los espaciomapas de cobertura
nacional elaborados por el INEGI representan un
producto cartográfico operacional de utilidad dentro
de las aplicaciones de percepción remota. Son útiles,
por ejemplo, para la interpretación de cobertura en
cuanto a vegetación y uso del suelo, para evaluar la
erosión de la cubierta de suelos, para análisis
geológicos y de estructuras regionales, y para otros
tipos de trabajos relacionados con el monitoreo de
recursos naturales.
*Fotografía aérea
La vinculación de herramientas informáticas con el
quehacer cartográfico impacta también en la
generación de insumos básicos, como la fotografía
aérea y los derivados fotogramétricos.
La fotografía aérea es una representación
objetiva del terreno en el momento de la exposición y
contiene gran cantidad de información que permite
interpretar su contenido y características. Una vez
tomada la fotografía, corresponde a los cartógrafos
determinar la cantidad, calidad y posición del
elemento estudiado. En la actualidad, las tendencias
tecnológicas en este sentido son cuatro:
-
- La asociación de las tomas aerofotográficas al Sistema de Posicionamiento Global (GPS), lo cual redunda en la disponibilidad de coordenadas específicas para cada centro de foto.
-
- La utilización de software de aplicaciones para las tareas de restitución fotogramétrica.
-
- La consolidación de imágenes fotográficas geométricamente corregidas, como son las ortofotos digitales, cuya producción está ligada a los modelos digitales de elevación.
-
- La toma de fotografía aérea digital.
Como documento gráfico fiel y de amplia
cobertura, la fotografía aérea permite, además de
ampliar los horizontes de observación del medio
físico, satisfacer la curiosidad humana por
comprender mejor el mundo que lo rodea y
responder en forma racional a las preguntas
formuladas en torno al ambiente, sus características y
recursos. Al igual que las imágenes de satélite, en el
INEGI la fotografía aérea constituye un insumo
fundamental para la elaboración de cartografía básica,
temática, censal y catastral.
El proceso para la toma de fotografía aérea se
ha modernizado al equipar las naves con cámaras que
cuentan con microprocesadores para el control
automático de sus funciones, incluyendo la
compensación de movimiento de la imagen. También
se han instalado navegadores GPS para la conducción
precisa de las aeronaves, lo que permite ubicar
geográficamente el centro de cada fotografía al
momento de la toma y con ello mejorar los procesos
fotogramétricos que en la actualidad son digitales.
A bordo de los aviones equipados con
cámaras métricas, especialistas del INEGI
sobrevuelan el territorio nacional para realizar la
toma de fotografías que proporcionan un registro
fiel de las características del terreno: montañas, ríos,
vegetación, ciudades, vías de comunicación, entre
otros rasgos.
El Sistema Nacional de Fotografía
Aérea (SINFA), creado por el Instituto, determina
una serie de lineamientos y especificaciones
para la toma aerofotográfica, con base en las
características climáticas y fisiográficas regionales
y en las necesidades de actualización periódica de
la información.
Asociado al SINFA, el Sistema de Registro
Aerofotográfico (SIREA) instrumenta el control y
facilita la consulta sobre la aerofotografía, con el fin de
racionalizar la existencia de información y de
proporcionar a quien lo requiera, el servicio público
de información aerofotográfica.
Mediante este sistema se obtienen los insumos
necesarios para el estudio del territorio nacional y
para la generación y actualización de las cartas
topográficas en diversas escalas. Estas fotografías se
utilizan también para la realización de cartografía
temática y estudios geográficos diversos.
El acervo actual de fotografía aérea del INEGI
es de aproximadamente un millón de negativos,
producto de casi 30 años de toma de imágenes, entre
las cuales se encuentran fotografías actualizadas del
territorio nacional, mismas que están a disposición
de los usuarios.
Por otra parte, las fotografías aéreas
digitalizadas son insumos básicos para la
generación de ortofotos, documentos cartográficos
requeridos, entre otros propósitos, para apoyar
actividades de catastro urbano y rural y actualización
cartográfica. Estos productos tienen la ventaja de
mostrar los rasgos del terreno con todos sus
detalles en el momento en que se realiza la toma
aerofotográfica, ubicados en su verdadera posición
y a una escala relativamente uniforme, que permite
realizar mediciones precisas y extraer
información confiable.
El uso de la fotografía aérea es diverso: para
el estudio de suelos, diagnóstico de las condiciones
agrícolas, captación de datos sobre bosques,
localización de mantos acuíferos, utilidad de
materiales para la construcción y planeación de obras
de infraestructura como presas, carreteras, entre
otras. Su desarrollo da lugar al nacimiento de otras
ramas del conocimiento: la fotogrametría por una
parte y, por otra, los sistemas de fotointerpretación
aplicados a la generación de información temática de
recursos naturales.
Cabe señalar que las prácticas fotogramétricas
y de fotointerpretación se aplican también a las
imágenes de satélite, con lo que se ha enriquecido el
conocimiento de la geografía nacional.
La fotogrametría es fundamentalmente
una técnica de gabinete muy precisa, que
complementa con ventaja el trabajo de campo necesario para precisar los puntos requeridos en
la ubicación geográfica de los mapas. De este modo,
se constituye como apoyo sustancial a los
levantamientos topográficos y geodésicos, con lo que
se logran reducciones significativas de costo y tiempo
en la producción cartográfica.
La fotointerpretación es un técnica de
análisis de imágenes, mediante la cual es factible
extraer una enorme cantidad de información de las
fotografías aéreas. Por una parte, permite la
identificación y ubicación de los rasgos conocidos del
terreno y por otra, hace posible relacionar los rasgos
identificados, lo que permite deducir y poner de
manifiesto información de interés respecto al tema
estudiado, que no se encuentra explícitamente
presente en las imágenes.
Mediante la fotointerpretación ha sido
posible elaborar cartas geológicas, de suelos, de uso
de suelo y vegetación, así como de uso potencial e
hidrológicas, en tiempos relativamente cortos, lo cual
no agota sus posibilidades de aplicación como técnica,
que ahora se amplían mediante el uso de imágenes
satelitales. Además, su utilidad está probada como
insumo para localización y delimitación de zonas
afectadas en caso de desastres.
Así también, en la búsqueda de mejores
opciones para cumplir eficazmente con las tareas de
medición asignadas al INEGI en el marco del
Programa de Certificación de Derechos Ejidales y
Titulación de Solares Urbanos (PROCEDE), se
desarrolla el método indirecto o fotogramétrico para
la medición de terrenos ejidales, el cual es efectivo
por la precisión y confiabilidad que ofrece.
El denominado método indirecto consiste en
localizar los vértices que forman los límites de las
parcelas sobre los productos generados a partir de las
fotografías aéreas. Durante la aplicación de este
método, después del análisis de terreno, cada uno de
los vértices que delimitan al ejido se ubica y señala
en el material fotogramétrico, mediante la
perforación con una aguja muy fina para asegurar
la permanencia del punto sobre el material. Este
trabajo se realiza en campo con ayuda de los propios
ejidatarios. En la aplicación del método, el avance
tecnológico ha permitido establecer una ágil
secuencia de trabajo, dirigida a la producción
computarizada de los diferentes planos ejidales.
Otro avance de nuestro siglo en materia de
percepción remota es la videografía, que surge en la
década de los 80 como resultado del desarrollo
tecnológico de los sensores, cámaras y dispositivos.
Esta técnica se utiliza para captar imágenes del
terreno mediante el empleo de cámaras de video
convencionales, las cuales usan sensores del mismo
tipo que los utilizados en los satélites de percepción
remota. Las cámaras son pequeñas, y pueden
instalarse en aeronaves de control remoto. Con la
videografía se producen imágenes de alta calidad, las
cuales pueden ser transferidas a la computadora con
niveles de distorsión y ruido muy bajos.
*SISTEMA DE POSICIONAMIENTO GLOBAL
El Sistema de Posicionamiento Global (GPS)
consiste en la localización geográfica por medio
de la captación de señales satelitales, desarrollado por
el Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
Se basa en un diseño que al principio sirvió para
apoyar los requerimientos de navegación y ubicación
geográfica con fines militares. En la actualidad, es una
importante herramienta en las aplicaciones civiles
para la navegación y para determinar la posición
geográfica de personas, vehículos y sitios en tierra,
mar y aire, estáticos o en movimiento.
El GPS posee características técnicas
integrales que facilitan la determinación de
coordenadas y distancias, a través de la realización
de rápidos operativos con los que se obtienen altas
precisiones y exactitudes en un mínimo de tiempo
respecto a los sistemas tradicionales. Entre otros usos
muy destacados que se dan al GPS está la
determinación global del tiempo universal preciso, la
coordinación del monitoreo sísmico y otras
actividades geofísicas, donde se requiere de una gran
sincronización y precisión en los resultados.
Por las características de precisión que
ofrece esta tecnología, ha sido adoptada en México
por diversos organismos, tanto del sector oficial,
como del académico y privado. Entre ellos,
además del propio INEGI, que lo hace desde 1990, se
encuentran las secretarías de la Defensa Nacional,
de Marina, del Medio Ambiente, Recursos Naturales y
Pesca; Petróleos Mexicanos, el Instituto Nacional de
Antropología e Historia, la Comisión Federal de
Electricidad, la Universidad Nacional Autónoma de
México, sin dejar de mencionar a los gobiernos
estatales y municipales, entre otras instituciones.
En el caso del INEGI, los sistemas de
levantamiento geodésico se han modernizado
con la adopción del GPS, así como con el diseño,
puesta en marcha y materialización de una nueva
Red Geodésica y con la creación de un nuevo
Sistema Geodésico de Referencia.
Asimismo, con esta tecnología el Instituto
implanta el método directo de levantamiento de
la información para el PROCEDE, el cual consiste en
la determinación geodésica y/o topográfica de las
coordenadas de puntos situados sobre los linderos
de las tierras ejidales.
También para la actualización de la
cartografía topográfica, temática y censal se utiliza el
GPS como una herramienta que permite agilizar los
procesos que requieren la ubicación geográfica de
información de diversa índole y lograr precisión en los
datos obtenidos.
*Red Geodésica Nacional
La necesidad de desarrollar y actualizar la cartografía
del país da lugar a la integración de la Red Geodésica
Nacional, a fin de establecer un marco de referencia
único al cual se integren todos los levantamientos y se
eliminen las diferencias e incongruencias resultantes
de la aplicación de sistemas locales.
La Red Geodésica Nacional es un sistema de
referencia para determinar la posición geográfica,
latitud, longitud y altura sobre el nivel medio del mar,
así como valores gravitacionales de numerosos puntos
del país. Es la estructura maestra en la que descansa el
levantamiento de la serie topográfica de mapas en la
escala de 1:50,000, serie que a su vez sirve de base para
la elaboración de la cartografía del Sistema Nacional
de Información Geográfica en todos sus temas y
escalas. La Red se desarrolla a través de mediciones
diversas cuyas características dependen del grado de
desarrollo tecnológico, desde los métodos
tradicionales con base en medidas de ángulos,
distancias y alturas directamente sobre la superficie
terrestre, hasta el empleo de sistemas fundamentados
en la recepción de señales de satélites artificiales.
La Red está integrada por la Red Geodésica
Horizontal, que agrupa a todos aquellos valores de
posición geográfica con respecto al elipsoide de
referencia, es decir, valores de latitud y longitud; por
la Red Geodésica Vertical, que abarca las elevaciones
referenciadas al nivel medio del mar, y por la Red
Gravimétrica, la cual incluye valores absolutos y
relativos de la aceleración de la gravedad en diversos
puntos medidos sobre la superficie terrestre.
La nueva Red Geodésica Horizontal está
constituida a su vez por dos grupos: la Red
Geodésica Nacional Pasiva y la Red Geodésica
Nacional Activa (RGNA). Esta última es puesta en
operación por el INEGI en febrero de 1993, con la
finalidad de producir información geodésica a partir
de un marco de referencia uniforme y confiable,
acorde a las precisiones que proporcionan los
modernos equipos GPS.
La RGNA constituye la estructura básica de
referenciación geodésica para el país y se encuentra
integrada por un total de 15 estaciones fijas GPS
distribuidas estratégicamente en el territorio
nacional, físicamente establecidas mediante
instalaciones permanentes sobre las que se
hacen mediciones de precisión de acuerdo a
estándares internacionales para definir sus
coordenadas. Por su parte, la red pasiva se
encuentra integrada por un conjunto de aproximadamente 73 mil vértices geodésicos
vinculados a la RGNA, y materializados a través
de monumentos permanentes establecidos sobre
el terreno.
La RGNA se encuentra en operación 23 horas
del día los 365 días del año; el servicio se suspende
solamente durante una hora, tiempo que se emplea
para recolectar la información captada y para dar
mantenimiento al equipo. Con base en la información
captada, el INEGI establece, densifica y conserva la
Red Geodésica Nacional.
La continua operación de la RGNA y
la constante densificación y mantenimiento de la
Red Pasiva es una muestra de la incorporación de
tecnología de punta al trabajo geodésico y constituye
un paso adicional de extrema importancia en la
modernización de la actividad geográfica en el país.
Esta labor trasciende las fronteras de nuestro
país; para obtener información que le es de gran
utilidad, Guatemala se incorpora a la Red Geodésica
Nacional Activa de México con la instalación de
estaciones fijas en su territorio. Asimismo, a Costa
Rica se le proporciona información de las estaciones
fijas de la zona sureste de nuestro país.
Con el objeto de mejorar la calidad de los
levantamientos realizados con las nuevas tecnologías
y aprovechar al máximo la potencialidad de los
modernos equipos, México adopta un nuevo Sistema
Geodésico de Referencia, conjunto de valores
numéricos, de constantes geométricas y físicas, que
definen en forma única un marco matemático sobre
el cual se determina la forma y tamaño de la tierra, o
de parte de ella, inclusive su campo gravitacional. Por
lo anterior, puede tener una concepción global o
absoluta, regional o continental.
Originalmente, el Dátum Norteamericano de
1927 (NAD27) en el Elipsoide de Clarke de 1866 es el
punto de origen del Sistema Geodésico de Referencia
horizontal para nuestro país, según lo especifican las
Normas Técnicas para Levantamientos Geodésicos
publicadas en el Diario Oficial de la Federación el 1 de
abril de 1985.
Con el advenimiento de nuevos equipos
de medición, tales como los distanciómetros
electromagnéticos y el posicionamiento vía
satélite, la exactitud que se puede alcanzar es
muy superior a la que se obtiene con el NAD27,
adaptable en su origen a los sistemas de levantamiento
por triangulación geodésica.
Los avances en la tecnología obligan a
contar con posiciones altamente exactas que ya no
pueden ser satisfechas con el NAD27, por lo que en
1974, Canadá, los Estados Unidos de Norteamérica,
México, algunos países de Centroamérica, Groenlandia
y algunas islas del Caribe suman esfuerzos para
redefinir el Sistema de Referencia para Norteamérica.
La tarea fundamental de este proyecto
cristaliza en lo que se conoce como Dátum
Norteamericano de 1983 (NAD83). Si bien a este
nuevo sistema se incorporan observaciones derivadas
de la aplicación de modernas técnicas espaciales, en
su desarrollo no se incluyen las alturas geodésicas.
Consecuentemente, el NAD83 permanece como un
sistema horizontal; al no encontrar ventajas con el uso
de este Sistema, México no lo adopta y continúa
temporalmente con el NAD27.
Por las demandas de cartografía de
mayor precisión y exactitud, el auge del Sistema de
Posicionamiento Global, los sistemas de información
geográfica, las necesidades de apoyo a la investigación
en el orden geográfico y el desarrollo de programas
de importancia nacional que requieren de ubicación
en un marco geográfico adecuado, como es el caso
del PROCEDE, México, por conducto del INEGI, toma
la decisión de cambiar su sistema geodésico de
referencia del NAD27 al sistema ITRF92
(International Earth Rotation Service Terrestrial
Reference Frame of 1992). Las características de esta
sustancial modificación se publican en el Diario
Oficial de la Federación el 27 de abril de 1998.
El ITRF se basa en la combinación de varias
soluciones globales, dinámicas, tridimensionales y
geocéntricas, y está propuesto como patrón al cual
referir todos los trabajos geodésicos. De las diferentes
alternativas tecnológicas que existen, en la actualidad
se utiliza el ITRF92 época 1988.0. Cabe mencionar
que también se realiza la incorporación de valores de
la red Geodésica Vertical en el marco de referencia
denominado NAVD88 y se procede al desarrollo de un
nuevo geoide para México designado como México 97,
compatible con el nuevo elipsoide GRS80 asociado al
ITRF92, época 1988.0.