jueves, 26 de marzo de 2015

TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA

TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA


El avance científico y el desarrollo tecnológico alcanzado en el siglo XX, en especial en las últimas tres décadas, modifica la forma tradicional de abordar y realizar las actividades humanas. La revolución tecnológica que da paso a la era de la computación, trae consigo la rápida evolución de la informática. Con ello se logran reducir los tiempos para procesar, archivar y recuperar grandes volúmenes de datos, la posibilidad de realizar una amplia gama de combinaciones en el manejo de diversas variables, así como el estudio y la manipulación de situaciones hipotéticas que sin el uso de las computadoras serían muy difíciles de efectuar.

Asimismo, como una directriz fundamental que establece el gobierno federal al inicio de la presente administración, el Jefe del Ejecutivo presenta el Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000. Bajo
la premisa de que el aprovechamiento de la información propicia la mejoría de los niveles de bienestar y permite aumentar la productividad y competitividad de las naciones, y con el propósito de utilizar la informática en todos los sectores, se integra el Programa de Desarrollo Informático 1995-2000, coordinado por el INEGI.


En este programa, la informática se concibe como la conjugación de técnicas para
el manejo de la información, computación, microelectrónica, telecomunicaciones y
aspectos de administración. Esta concepción permite considerar, desde una perspectiva global, los retos y oportunidades derivados de la convergencia tecnológica que se produce en las últimas décadas entre las áreas mencionadas, con el propósito de mejorar y enriquecer procesos y servicios para elevar los niveles de bienestar social.


De acuerdo con lo anterior, se hace uso de las nuevas tecnologías para generar información geográfica, entre las que se encuentran la percepción remota, la moderna fotografía aérea,
la fotogrametría digital, el Sistema de Posicionamiento Global y los sistemas de información geográfica y sus aplicaciones en la producción y actualización cartográfica dentro del marco de la integración y desarrollo del Sistema Nacional de Información Geográfica (SNIG) con
el fin de cumplir con su misión de ofrecer información oportuna, precisa y confiable que sirva de fundamento para la planeación y la correcta toma de decisiones que, en última instancia, beneficien a la sociedad en su conjunto.


La tecnología en la producción geográfica y cartográfica

A finales de la década de los cincuenta, la computación acrecienta su influencia en los dominios de la cartografía, con el rechazo inicial de quienes defienden las formas tradicionales más arraigadas para la elaboración de mapas. Esta polémica se acentúa a principios de los años 60 con la aparición de los primeros mapas automatizados, bajo el argumento de que las computadoras son máquinas diseñadas solamente para hacer cálculos y dibujos elementales.
Por una parte, algunas naciones estaban en favor de realizar los mapas de forma automatizada y, por otra, países con una gran tradición cartográfica, como los europeos, abogaban por mantener su naturaleza artística. Finalmente, los primeros se impusieron, ya que las actividades del hombre contemporáneo exigen cada vez más la necesidad de elaborar mapas útiles y precisos en menos tiempo.

Los avances que realizan principalmente los Estados Unidos de América en las aplicaciones de las computadoras, el establecimiento de sistemas de diseño asistido por computadora (CAD), la toma de imágenes desde satélites por medio de sensores diversos, el diseño de bases de datos automatizadas con capacidad para almacenar grandes volúmenes de información, el avance en la fotogrametría y los sistemas de posicionamiento global, sientan las bases tecnológicas para desarrollar modernos sistemas de producción de información geográfica.

El desarrollo de las telecomunicaciones y la informática en los años 70 y 80 y los avances en la década final de este siglo, facilitan las relaciones entre las regiones geográficas y se robustece la demanda
de información. En este sentido, ya no son los gobiernos los únicos en requerirla; también las empresas, cámaras industriales, agrupaciones gremiales, universidades, instituciones de investigación y público en general, se convierten en fuertes demandantes de información oportuna y de calidad, como apoyo e insumo fundamental en las labores de planeación y toma de decisiones.

De hecho, se transita hacia la sociedad de la información, ambiente en el que los habitantes desean conocer el territorio nacional, sus recursos naturales y saber lo que sucede en su país, tanto en el orden económico como en lo político y social, pues ello les permite, además de normar sus actividades, aprovechar racional y eficientemente los recursos y planear el futuro.

*PERCEPCIÓN REMOTA


Con el inicio del programa de exploración espacial a principios de los sesenta, en los Estados Unidos se incrementa el desarrollo tecnológico para la obtención de información sobre el medio terrestre y sus recursos, con el uso de fotografías y otras imágenes tomadas desde satélites.


La instalación de sensores remotos en el espacio por parte de la National Aeronautics and Space Administration (NASA), para hacer observaciones terrestres, constituye un impulso determinante en la decisión de llevar al hombre a la Luna. Se instalan sensores en satélites con órbita lunar, a fin de que los datos recolectados puedan garantizar que la nave espacial tripulada por el hombre alunice con seguridad. Estos instrumentos se prueban también en tierra y los datos obtenidos se correlaciona con las condiciones físicas de la misma. Gracias a los resultados, el programa espacial se amplía con el propósito de obtener información que sirva de base a estudios sobre agricultura, silvicultura, geografía, geología, recursos minerales, marítimos, hidráulicos, hidrológicos y oceanográficos. Se reafirma así el valor de la percepción remota como medio de obtención de datos para el estudio de la superficie terrestre.

El avance tecnológico satelital se desarrolla inicialmente en dos áreas: satélites meteorológicos dedicados a la recolección de datos para estudios de la actividad atmosférica, climática y del medio ambiente global; y satélites de multimisión, que obtienen datos para la observación y análisis de la actividad terrestre, como la evolución geológica, la actividad sísmica, forestal, vegetal y en general de recursos naturales. Actualmente se desarrollan y ponen en órbita satélites geodésicos que envían información a las estaciones receptoras en la Tierra y los que incluyen sistemas de radar. Con el lanzamiento de cada nuevo satélite, las capacidades sensoriales para recolección de datos se perfeccionan cada vez más.


En 1960 inician las observaciones sistemáticas hacia la Tierra desde los satélites estadounidenses con el lanzamiento del Television Infrared Observation Satellite (TIROS-I), primer satélite meteorológico, el cual lleva un sistema de captación de imágenes de baja resolución. En diciembre de 1981 se ponen en operación los satélites TIROS-N y NOAA-C, que proporcionan una mejor cobertura de las condiciones meteorológicas globales.

Por otra parte, el Geological Survey de los Estados Unidos establece el Programa Satelital de Observación de los Recursos Terrestres EROS (Earth Resources Observation Satellite) que contribuye al desarrollo y operación del satélite ERTS-1 –lanzado el 23 de julio de 1972, y conocido ahora como LANDSAT 1–, el cual es el primero que se diseña específicamente para recolectar información de la superficie y los recursos terrestres.

El LANDSAT 1 lleva un escáner de cuatro canales (MSS), un sistema de recolección de datos y dos grabadoras de video. El equipo se modifica conforme se lanzan otros dos satélites. En la década de los ochenta se superan algunas limitaciones de los primeros LANDSAT, y se diseñan satélites que utilizan un escáner multiespectral más avanzado, además del mapeador temático (TM), el cual proporciona
señales únicas para diferentes rasgos de los recursos naturales conforme a su respuesta espectral, facilitando la producción de cartas temáticas.
Las imágenes se obtienen desde una altura de 705 kilómetros sobre la superficie terrestre.

En 1986, Francia en cooperación con Bélgica y Suecia, lanzan el primer satélite SPOT. Este es un satélite de multimisión que obtiene imágenes de alta resolución espacial a una altura de 832 kilómetros. Actualmente se dispone de tres de estos satélites en órbita. 


Otras naciones avanzan también en la tecnología satelital y la percepción remota. Por ejemplo, en 1981, la República Popular de China anuncia que está trabajando en la construcción de un escáner multiespectral de once bandas; la Agencia Espacial Europea (ESA) desarrolla en 1982 el vehículo de lanzamiento ARIANE y diseña uno para observaciones oceánicas; la Agencia de los Países Bajos para los Programas Aeroespaciales (NIRV), en cooperación con Indonesia, planea un satélite para estudiar los recursos tropicales terrestres; la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO) desarrolla el satélite de observación terrestre BHASKARA, puesto en órbita por un vehículo de la URSS. En 1995, Canadá lanza el RADARSAT, sistema diseñado para cubrir aplicaciones en geología, silvicultura, hidrología y agricultura con tecnología de radar.


En nuestro país, el uso de imágenes de satélite para diversas aplicaciones se inicia en la segunda mitad de los años 70. Por la amplia gama de posibilidades de explotación de la información que proporciona, su utilización en la actividad geográfica y cartográfica se acrecienta con el tiempo.

El uso y análisis de las imágenes de los diversos satélites permite desarrollar aplicaciones de beneficio social por parte de instituciones del sector público, privado y académico entre ellas:
  • -  El Servicio Meteorológico Nacional (SMN), que proporciona información sobre el estado del tiempo a escala nacional y local y vigila continuamente la atmósfera para identificar los fenómenos hidrometeorológicos que puedan afectar las distintas actividades económicas.

    El SMN cuenta con una estación terrena
    receptora de imágenes del satélite meteorológico GOES-8, el cual se utiliza para detectar y dar seguimiento a los fenómenos severos como tormentas, frentes fríos o huracanes. Por medio de las imágenes también se puede estimar la intensidad de la precipitación. Esta información es utilizada por los meteorólogos en la elaboración de sus pronósticos.

  • -  El Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey desarrolla un mapa de riesgos de inundación para una microcuenca hidrológica en el sur del municipio de Monterrey, en Nuevo León.
  • -  A través del análisis de las imágenes SeaWiFS, el Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México realiza estudios sobre los océanos mexicanos.
  • -  El Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (CICIMAR) en La Paz, Baja California, mediante el análisis de imágenes del satélite NOAA, efectúa estudios de las estructuras oceanográficas.
- Debido al incremento de las zonas de riesgo por fenómenos hidrometeorológicos, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) pone en marcha un proyecto tendiente a elaborar mapas de riesgos de inundaciones, con el objeto de delimitar las zonas potencialmente afectables y la cuantificación del riesgo que representan.

- La Secretaría de Comercio y Fomento Industrial (SECOFI) lleva a cabo un programa cartográfico
a través del Consejo de Recursos Minerales. Bajo este programa se generan las cartas geológico-mineras, geoquímicas y geofísicas en archivos digitales, así como las temáticas especializadas en las escalas de 1:250,000 y 1:50,000.

- La Universidad Nacional Autónoma de México realiza una investigación sobre la biogeografía de la región de Los Tuxtlas; La Universidad de Chihuahua utiliza datos de LANDSAT para analizar la estructura, usos y aprovechamientos de los bosques de esa entidad.
- Por las características geovolcánicas de México, el uso de las técnicas de la percepción remota es intensivo. Por ejemplo, diferentes áreas de la UNAM y el CENAPRED llevan a cabo estudios volcánicos utilizando imágenes LANDSAT multiespectrales para analizar y monitorear la actividad del volcán Popocatépetl.

Por otra parte, en la segunda mitad de
la década de los 70 y a principios de los 80, ante la necesidad de contar con información geográfica sobre recursos naturales del territorio nacional, la entonces Dirección de Estudios del Territorio Nacional (DETENAL) utiliza las imágenes de satélite como fuentes de información. Así, mediante el estudio analógico de imágenes LANDSAT se apoya la elaboración de la cartografía temática sobre geología, uso del suelo y vegetación, edafológica y uso potencial agrícola, pecuario y forestal.

En los últimos 15 años del siglo XX, utilizando las imágenes de la percepción remota, el INEGI participa en proyectos tales como la evaluación del crecimiento urbano, los procesos de desertificación, la actualización de inventarios y el seguimiento de la dinámica de áreas forestales, detección, cuantificación y el seguimiento de mantos de algas marinas, entre otros.
Por esa misma época, el Instituto desarrolla un paquete de programas para el procesamiento digital de imágenes, llamado Sistema Personal Interactivo de Percepción Remota (SPIPR). Este sistema sirve, en su momento, para capacitar al personal del Instituto y de otros organismos gubernamentales, se distribuye a las direcciones regionales e incluso a diversas instituciones cartográficas extranjeras que lo solicitan.
En los primeros años de los 90, el Instituto apoya a la entonces Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH) en el Inventario
Nacional Forestal de Gran Visión, con la interpretación de imágenes del satélite NOAA. En esos mismos años se trabaja con imágenes del satélite LANDSAT en un proyecto para determinar de frontera agrícola a nivel de entidad federativa. Actualmente se utilizan
para definir el crecimiento en los últimos 20 años de las ciudades con más de 100 mil habitantes.
En proyectos de coordinación con otros países americanos y organismos regionales, el INEGI recurre a esta herramienta, como son el estudio sobre La Regionalización Ecológica de América del Norte, el proyecto sobre Prevención de Incendios Forestales, así como cursos de capacitación para el uso e interpretación de la percepción remota.

La actualización de la cartografía
topográfica y temática también se beneficia con la utilización de imágenes multiespectrales georreferenciadas e impresas en productos como

los espaciomapas. Los espaciomapas estatales son documentos cartográficos hechos por el Instituto para cada entidad federativa, con base en imágenes de satélite, a las que se les agrega información cartográfica básica. Los espaciomapas de cobertura nacional elaborados por el INEGI representan un producto cartográfico operacional de utilidad dentro de las aplicaciones de percepción remota. Son útiles, por ejemplo, para la interpretación de cobertura en cuanto a vegetación y uso del suelo, para evaluar la erosión de la cubierta de suelos, para análisis geológicos y de estructuras regionales, y para otros tipos de trabajos relacionados con el monitoreo de recursos naturales.

*Fotografía aérea

La vinculación de herramientas informáticas con el quehacer cartográfico impacta también en la generación de insumos básicos, como la fotografía aérea y los derivados fotogramétricos.
La fotografía aérea es una representación objetiva del terreno en el momento de la exposición y contiene gran cantidad de información que permite interpretar su contenido y características. Una vez tomada la fotografía, corresponde a los cartógrafos determinar la cantidad, calidad y posición del elemento estudiado. En la actualidad, las tendencias tecnológicas en este sentido son cuatro:
  • -  La asociación de las tomas aerofotográficas al Sistema de Posicionamiento Global (GPS), lo cual redunda en la disponibilidad de coordenadas específicas para cada centro de foto.
  • -  La utilización de software de aplicaciones para las tareas de restitución fotogramétrica.
  • -  La consolidación de imágenes fotográficas geométricamente corregidas, como son las ortofotos digitales, cuya producción está ligada a los modelos digitales de elevación.
  • -  La toma de fotografía aérea digital.
Como documento gráfico fiel y de amplia cobertura, la fotografía aérea permite, además de ampliar los horizontes de observación del medio físico, satisfacer la curiosidad humana por comprender mejor el mundo que lo rodea y responder en forma racional a las preguntas formuladas en torno al ambiente, sus características y recursos. Al igual que las imágenes de satélite, en el INEGI la fotografía aérea constituye un insumo fundamental para la elaboración de cartografía básica, temática, censal y catastral.

El proceso para la toma de fotografía aérea se ha modernizado al equipar las naves con cámaras que cuentan con microprocesadores para el control automático de sus funciones, incluyendo la compensación de movimiento de la imagen. También se han instalado navegadores GPS para la conducción precisa de las aeronaves, lo que permite ubicar geográficamente el centro de cada fotografía al momento de la toma y con ello mejorar los procesos fotogramétricos que en la actualidad son digitales.
A bordo de los aviones equipados con cámaras métricas, especialistas del INEGI sobrevuelan el territorio nacional para realizar la toma de fotografías que proporcionan un registro fiel de las características del terreno: montañas, ríos, vegetación, ciudades, vías de comunicación, entre otros rasgos. 

El Sistema Nacional de Fotografía
Aérea (SINFA), creado por el Instituto, determina una serie de lineamientos y especificaciones
para la toma aerofotográfica, con base en las características climáticas y fisiográficas regionales y en las necesidades de actualización periódica de la información.

Asociado al SINFA, el Sistema de Registro Aerofotográfico (SIREA) instrumenta el control y facilita la consulta sobre la aerofotografía, con el fin de racionalizar la existencia de información y de proporcionar a quien lo requiera, el servicio público de información aerofotográfica.
Mediante este sistema se obtienen los insumos necesarios para el estudio del territorio nacional y para la generación y actualización de las cartas topográficas en diversas escalas. Estas fotografías se utilizan también para la realización de cartografía temática y estudios geográficos diversos.
El acervo actual de fotografía aérea del INEGI es de aproximadamente un millón de negativos, producto de casi 30 años de toma de imágenes, entre las cuales se encuentran fotografías actualizadas del territorio nacional, mismas que están a disposición de los usuarios.

Por otra parte, las fotografías aéreas digitalizadas son insumos básicos para la generación de ortofotos, documentos cartográficos requeridos, entre otros propósitos, para apoyar actividades de catastro urbano y rural y actualización cartográfica. Estos productos tienen la ventaja de mostrar los rasgos del terreno con todos sus detalles en el momento en que se realiza la toma aerofotográfica, ubicados en su verdadera posición
y a una escala relativamente uniforme, que permite realizar mediciones precisas y extraer
información confiable.

El uso de la fotografía aérea es diverso: para el estudio de suelos, diagnóstico de las condiciones agrícolas, captación de datos sobre bosques, localización de mantos acuíferos, utilidad de materiales para la construcción y planeación de obras de infraestructura como presas, carreteras, entre otras. Su desarrollo da lugar al nacimiento de otras ramas del conocimiento: la fotogrametría por una parte y, por otra, los sistemas de fotointerpretación aplicados a la generación de información temática de recursos naturales.
Cabe señalar que las prácticas fotogramétricas y de fotointerpretación se aplican también a las imágenes de satélite, con lo que se ha enriquecido el conocimiento de la geografía nacional.
La fotogrametría es fundamentalmente una técnica de gabinete muy precisa, que complementa con ventaja el trabajo de campo necesario para precisar los puntos requeridos en
la ubicación geográfica de los mapas. De este modo, se constituye como apoyo sustancial a los levantamientos topográficos y geodésicos, con lo que se logran reducciones significativas de costo y tiempo en la producción cartográfica.
La fotointerpretación es un técnica de análisis de imágenes, mediante la cual es factible extraer una enorme cantidad de información de las fotografías aéreas. Por una parte, permite la identificación y ubicación de los rasgos conocidos del terreno y por otra, hace posible relacionar los rasgos identificados, lo que permite deducir y poner de manifiesto información de interés respecto al tema estudiado, que no se encuentra explícitamente presente en las imágenes.
Mediante la fotointerpretación ha sido posible elaborar cartas geológicas, de suelos, de uso de suelo y vegetación, así como de uso potencial e hidrológicas, en tiempos relativamente cortos, lo cual no agota sus posibilidades de aplicación como técnica, que ahora se amplían mediante el uso de imágenes satelitales. Además, su utilidad está probada como insumo para localización y delimitación de zonas afectadas en caso de desastres.
Así también, en la búsqueda de mejores opciones para cumplir eficazmente con las tareas de medición asignadas al INEGI en el marco del Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares Urbanos (PROCEDE), se desarrolla el método indirecto o fotogramétrico para la medición de terrenos ejidales, el cual es efectivo por la precisión y confiabilidad que ofrece.

El denominado método indirecto consiste en localizar los vértices que forman los límites de las parcelas sobre los productos generados a partir de las fotografías aéreas. Durante la aplicación de este método, después del análisis de terreno, cada uno de los vértices que delimitan al ejido se ubica y señala

en el material fotogramétrico, mediante la perforación con una aguja muy fina para asegurar
la permanencia del punto sobre el material. Este trabajo se realiza en campo con ayuda de los propios ejidatarios. En la aplicación del método, el avance tecnológico ha permitido establecer una ágil secuencia de trabajo, dirigida a la producción computarizada de los diferentes planos ejidales.

Otro avance de nuestro siglo en materia de percepción remota es la videografía, que surge en la década de los 80 como resultado del desarrollo tecnológico de los sensores, cámaras y dispositivos. Esta técnica se utiliza para captar imágenes del terreno mediante el empleo de cámaras de video convencionales, las cuales usan sensores del mismo tipo que los utilizados en los satélites de percepción remota. Las cámaras son pequeñas, y pueden instalarse en aeronaves de control remoto. Con la videografía se producen imágenes de alta calidad, las cuales pueden ser transferidas a la computadora con niveles de distorsión y ruido muy bajos.

*SISTEMA DE POSICIONAMIENTO GLOBAL


El Sistema de Posicionamiento Global (GPS)
consiste en la localización geográfica por medio
de la captación de señales satelitales, desarrollado por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
Se basa en un diseño que al principio sirvió para apoyar los requerimientos de navegación y ubicación geográfica con fines militares. En la actualidad, es una importante herramienta en las aplicaciones civiles para la navegación y para determinar la posición geográfica de personas, vehículos y sitios en tierra, mar y aire, estáticos o en movimiento.

El GPS posee características técnicas integrales que facilitan la determinación de coordenadas y distancias, a través de la realización de rápidos operativos con los que se obtienen altas precisiones y exactitudes en un mínimo de tiempo respecto a los sistemas tradicionales. Entre otros usos
muy destacados que se dan al GPS está la determinación global del tiempo universal preciso, la coordinación del monitoreo sísmico y otras actividades geofísicas, donde se requiere de una gran sincronización y precisión en los resultados.


Por las características de precisión que ofrece esta tecnología, ha sido adoptada en México por diversos organismos, tanto del sector oficial, como del académico y privado. Entre ellos,
además del propio INEGI, que lo hace desde 1990, se encuentran las secretarías de la Defensa Nacional,
de Marina, del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca; Petróleos Mexicanos, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Comisión Federal de Electricidad, la Universidad Nacional Autónoma de México, sin dejar de mencionar a los gobiernos estatales y municipales, entre otras instituciones.

En el caso del INEGI, los sistemas de levantamiento geodésico se han modernizado con la adopción del GPS, así como con el diseño, puesta en marcha y materialización de una nueva Red Geodésica y con la creación de un nuevo Sistema Geodésico de Referencia.

Asimismo, con esta tecnología el Instituto implanta el método directo de levantamiento de
la información para el PROCEDE, el cual consiste en la determinación geodésica y/o topográfica de las coordenadas de puntos situados sobre los linderos de las tierras ejidales.

También para la actualización de la cartografía topográfica, temática y censal se utiliza el GPS como una herramienta que permite agilizar los procesos que requieren la ubicación geográfica de información de diversa índole y lograr precisión en los datos obtenidos. 


*Red Geodésica Nacional

La necesidad de desarrollar y actualizar la cartografía del país da lugar a la integración de la Red Geodésica Nacional, a fin de establecer un marco de referencia único al cual se integren todos los levantamientos y se eliminen las diferencias e incongruencias resultantes de la aplicación de sistemas locales.

La Red Geodésica Nacional es un sistema de referencia para determinar la posición geográfica, latitud, longitud y altura sobre el nivel medio del mar, así como valores gravitacionales de numerosos puntos del país. Es la estructura maestra en la que descansa el levantamiento de la serie topográfica de mapas en la escala de 1:50,000, serie que a su vez sirve de base para la elaboración de la cartografía del Sistema Nacional de Información Geográfica en todos sus temas y escalas. La Red se desarrolla a través de mediciones diversas cuyas características dependen del grado de desarrollo tecnológico, desde los métodos tradicionales con base en medidas de ángulos, distancias y alturas directamente sobre la superficie terrestre, hasta el empleo de sistemas fundamentados en la recepción de señales de satélites artificiales.
La Red está integrada por la Red Geodésica Horizontal, que agrupa a todos aquellos valores de
posición geográfica con respecto al elipsoide de referencia, es decir, valores de latitud y longitud; por la Red Geodésica Vertical, que abarca las elevaciones referenciadas al nivel medio del mar, y por la Red Gravimétrica, la cual incluye valores absolutos y relativos de la aceleración de la gravedad en diversos puntos medidos sobre la superficie terrestre.
La nueva Red Geodésica Horizontal está constituida a su vez por dos grupos: la Red Geodésica Nacional Pasiva y la Red Geodésica Nacional Activa (RGNA). Esta última es puesta en operación por el INEGI en febrero de 1993, con la finalidad de producir información geodésica a partir de un marco de referencia uniforme y confiable, acorde a las precisiones que proporcionan los modernos equipos GPS.

La RGNA constituye la estructura básica de referenciación geodésica para el país y se encuentra integrada por un total de 15 estaciones fijas GPS distribuidas estratégicamente en el territorio nacional, físicamente establecidas mediante instalaciones permanentes sobre las que se
hacen mediciones de precisión de acuerdo a estándares internacionales para definir sus coordenadas. Por su parte, la red pasiva se encuentra integrada por un conjunto de aproximadamente 73 mil vértices geodésicos vinculados a la RGNA, y materializados a través de monumentos permanentes establecidos sobre el terreno.

La RGNA se encuentra en operación 23 horas del día los 365 días del año; el servicio se suspende solamente durante una hora, tiempo que se emplea para recolectar la información captada y para dar mantenimiento al equipo. Con base en la información captada, el INEGI establece, densifica y conserva la Red Geodésica Nacional.

La continua operación de la RGNA y
la constante densificación y mantenimiento de la Red Pasiva es una muestra de la incorporación de tecnología de punta al trabajo geodésico y constituye un paso adicional de extrema importancia en la modernización de la actividad geográfica en el país.

Esta labor trasciende las fronteras de nuestro país; para obtener información que le es de gran utilidad, Guatemala se incorpora a la Red Geodésica Nacional Activa de México con la instalación de estaciones fijas en su territorio. Asimismo, a Costa Rica se le proporciona información de las estaciones fijas de la zona sureste de nuestro país.
Con el objeto de mejorar la calidad de los levantamientos realizados con las nuevas tecnologías y aprovechar al máximo la potencialidad de los modernos equipos, México adopta un nuevo Sistema Geodésico de Referencia, conjunto de valores numéricos, de constantes geométricas y físicas, que definen en forma única un marco matemático sobre el cual se determina la forma y tamaño de la tierra, o de parte de ella, inclusive su campo gravitacional. Por lo anterior, puede tener una concepción global o absoluta, regional o continental.
Originalmente, el Dátum Norteamericano de 1927 (NAD27) en el Elipsoide de Clarke de 1866 es el punto de origen del Sistema Geodésico de Referencia horizontal para nuestro país, según lo especifican las Normas Técnicas para Levantamientos Geodésicos publicadas en el Diario Oficial de la Federación el 1 de abril de 1985.

Con el advenimiento de nuevos equipos
de medición, tales como los distanciómetros electromagnéticos y el posicionamiento vía
satélite, la exactitud que se puede alcanzar es
muy superior a la que se obtiene con el NAD27, adaptable en su origen a los sistemas de levantamiento por triangulación geodésica.


Los avances en la tecnología obligan a
contar con posiciones altamente exactas que ya no pueden ser satisfechas con el NAD27, por lo que en 1974, Canadá, los Estados Unidos de Norteamérica, México, algunos países de Centroamérica, Groenlandia y algunas islas del Caribe suman esfuerzos para redefinir el Sistema de Referencia para Norteamérica.

La tarea fundamental de este proyecto cristaliza en lo que se conoce como Dátum Norteamericano de 1983 (NAD83). Si bien a este nuevo sistema se incorporan observaciones derivadas de la aplicación de modernas técnicas espaciales, en su desarrollo no se incluyen las alturas geodésicas. Consecuentemente, el NAD83 permanece como un sistema horizontal; al no encontrar ventajas con el uso de este Sistema, México no lo adopta y continúa temporalmente con el NAD27.

Por las demandas de cartografía de
mayor precisión y exactitud, el auge del Sistema de Posicionamiento Global, los sistemas de información geográfica, las necesidades de apoyo a la investigación en el orden geográfico y el desarrollo de programas de importancia nacional que requieren de ubicación en un marco geográfico adecuado, como es el caso del PROCEDE, México, por conducto del INEGI, toma la decisión de cambiar su sistema geodésico de referencia del NAD27 al sistema ITRF92 (International Earth Rotation Service Terrestrial Reference Frame of 1992). Las características de esta sustancial modificación se publican en el Diario Oficial de la Federación el 27 de abril de 1998.

El ITRF se basa en la combinación de varias soluciones globales, dinámicas, tridimensionales y geocéntricas, y está propuesto como patrón al cual referir todos los trabajos geodésicos. De las diferentes alternativas tecnológicas que existen, en la actualidad se utiliza el ITRF92 época 1988.0. Cabe mencionar que también se realiza la incorporación de valores de la red Geodésica Vertical en el marco de referencia denominado NAVD88 y se procede al desarrollo de un nuevo geoide para México designado como México 97, compatible con el nuevo elipsoide GRS80 asociado al ITRF92, época 1988.0. 

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